«Los hombres me explican cosas»

En su ensayo «Men explain things to me» (Los hombres me explican cosas), Rebecca Solnit describe y se adentra en el tema de la petulancia, condescendencia y arrogancia con la que muchos hombres hablamos a las mujeres sobre temas de los que podamos o no dominar. Este repetido fenómeno del cual muchos hombres somos culpables, es también nombrado en jerga popular como «mensplaining» o «machoexplicar».

En mi experiencia, hay un antídoto brillante para esta práctica: Una mujer que no esté dispuesta a tolerar esta actitud de un hombre y que en su cara le haga ver lo ridículo que es la manera en la que él le está hablando y «explicando» cosas de la misma manera en que se le habla a un niño pequeño, muchas veces de temas que ella domina a un nivel mucho mayor que él o que él ni siquiera conoce a fondo. La vergüenza inmediata que yo he sentido cuando me lo hacen ver, me lleva de forma instantánea a disculparme y frenar mi discurso, así como también a preguntar la opinión de ella respecto al tema y pedir que me lo expliquen a mí. He aprendido muchísimo de las mujeres que no han tolerado esta actitud cuando viene de mí, y en realidad aprecio que me detengan y me hagan salirme de ese túnel para tratar de observar las cosas desde una perspectiva más amplia y que no esté dominada por mis prejuicios (usualmente relacionados con mi experiencia como hombre) respecto de ese tema en particular.

¿Es una solución efectiva? Sí, en mi caso ¿Es una solución al problema colectivo? No, en absoluto. Y no es que yo sea nada especial, es simplemente que soy una persona receptiva a la crítica, pero también esta receptividad va dirigida por una constante auto exploración y auto crítica, algo que los hombres no somos conocidos por hacer. La respuesta de muchos hombres a la crítica es siempre defensiva, en una amplia proporción de ellos es es incluso violenta. Sería absurdo pedirle a las mujeres que constantemente interrumpan esta práctica de parte de los hombres y que se expongan a una respuesta intempestiva por parte del hombre en cuestión. Pero sobre todo, el esperar que las mujeres sean quienes frenen este comportamiento, es poner toda la responsabilidad de detener una mala práctica realizada por los hombres, en las mujeres.

Los hombres tenemos que ser responsables de los comportamientos que tenemos los hombres, no podemos esperar que sean ellas quienes nos corrijan, quienes nos mejoren. Durante décadas han sido justamente las mujeres quienes con sus esfuerzos han provocado que la sociedad voltee a ver a sí misma, se reconozca como una estructura ampliamente patriarcal y se cuestionen los roles de género que se han establecido. Es gracias a ellas y su movimiento feminista que cuestionamos lo que consideramos femenino y masculino, y es gracias a ellas que podemos entender que la gente no debe usar etiquetas o caber en cajas que les definan de acuerdo a su identidad sexual o de género, o las expresiones de ésta ¿En verdad todavía les vamos a pedir que se hagan responsables de los comportamientos negativos de los hombres y se encarguen de corregirlos? Al menos yo, no me atrevo.

No es sencillo hacerse responsable de detener estos comportamientos uno mismo, porque están plenamente normalizados en nuestra sociedad, y es probable que tal vez nunca nadie nos haya hecho notar cuando los manifestamos. Son invisibles para la mayoría de nosotros, como la gran mayoría de comportamientos y de privilegios de los que gozamos por el simple hecho de ser hombres. Es importante primero reconocerlo, saber que manifestamos este tipo de comportamientos, ya sea que nos demos cuenta de ello o no, sea con mayor o menor frecuencia, pero es casi seguro que si eres hombre, incurras en estos comportamientos ¿Quieres saberlo más allá de toda duda? Pregunta a las mujeres con las que normalmente discutes de varios temas, si es que sienten que les hablas de la manera antes descrita.

¿Cómo podemos hacernos responsables de corregir comportamientos que muchas veces no podemos ni reconocer de forma evidente? Yo creo que el primer paso es reconocerlo hacia uno mismo, y otro muy efectivo, es reconocerlo ante tus compañeras, amigas, y en general las mujeres en tu vida. Pide que si notan estos comportamientos te lo hagan saber, de ésta manera, la responsabilidad que tú asumes al pedir que te evidencien, resta mucho de la responsabilidad de ellas de tener que hacerlo, y pueden sentirse cómodas sabiendo que si te lo hacen notar, lo recibirás de buena gana. Esto sigue poniendo algo de responsabilidad en ellas, pero en una medida mucho menor.

También es importante que aprendas a poner atención a la forma en que se está llevando la conversación: Si la interrumpes a media oración porque crees que lo que tienes que decir es más importante, si crees que es buena idea decirle que está equivocada en algo en el campo en el que ella es experta, si notas que empiezas a ocupar más espacio o te pones de pie mientras ella permanece sentada (subconscientemente estás tratando de dominar la conversación con tu presencia física), si notas que estás levantando tu tono de voz y acelerando tu discurso (esto también es tu subconsciente intentando establecer dominio), si su lenguaje no verbal muestra desinterés o sarcasmo (si cuando dices algo voltea los ojos, cruza los brazos o gira su cuerpo hacia otra dirección, básicamente quiere decir que ha abandonado la intención de continuar esa conversación), si lo que vas a decir te haría sentir condescendido si alguien te lo dijera a ti, y finalmente, si tu opinión del tema no fue requerida como parte de esa conversación.

Si notas que cualquiera de los indicativos anteriores ocurre durante una conversación con una mujer, es probable que estés haciendo «mansplaining».

Josué Lavandeira – josue_lavandeira@alumni.harvard.edu

2 comentarios de “«Los hombres me explican cosas»”

  1. Si todos los hombres tomaran esa actitud definitivamente este mundo sería diferente. Muchas felicidades, me encanto, simple, sencillo y con una guía básica para entendernos! Ojalá muchos hombres leyeran esto, con gusto lo comparto.

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