¡Muchas gracias D1eg0!

Irónico Diego, que hayas muerto un 25 de Noviembre, como irónico es también, que el mundo se haya volcado en este día a defender tu imagen de ídolo sin reparar jamás en lo que fuiste dentro y fuera de las canchas. Así que me tomé la libertad de dedicarte éste breve texto, para recordarte, para agradecerte. Agradecerte que hiciste soñar a mucha gente con la magia de tus pies en las canchas, las infinitas alegrías que diste a tanta gente a través de tu profesión, pero sobre todo, quiero agradecerte por ponernos un claro ejemplo, un ejemplo de los antivalores que revientan día a día nuestras sociedades. Ayer cuando critiqué esto, me dijeron que no es justo porque estás muerto y los muertos no pueden defenderse, pero yo creo que los vivos son artífices de cómo serán recordados cuando estén muertos, y estas memorias las hiciste tú.

Tu talento en el fútbol era inigualable en tu época, pocos en la historia del fútbol han tenido tanto talento en sus pies, y sin embargo, no te fue suficiente. Aún y con todo el talento que derramabas, a menudo te valías de trampas en la cancha para sacar ventaja. Fingir faltas, hacer faltas arteras, meter un gol en una eliminatoria de mundial con la mano (que después cínicamente reconociste y llamaste tú mismo «la mano de dios»), dar sustancias somníferas a jugadores de Brasil en otro partido de eliminatoria de un mundial para disminuir sus capacidades de juego, utilizar estupefacientes para sacar ventaja en la cancha… hacías muchas trampas en la cancha Diego, trampas innecesarias, pues tu talento hubiera bastado para inmortalizarte. Tampoco supiste ser un «profesional», y quedó claro en tu tiempo en el Barcelona, en donde tus indisciplinas, las constantes fiestas, drogas y prostitutas, terminaron por romper tu futuro en esa institución. Aún con todo esto, te alcanzó para ser considerado uno de los más grandes jugadores en la historia, imagina lo que pudiste lograr si hubieras jugado con honor, disciplina y profesionalismo, pero no, eso no lo vimos jamás de ti.

Fuera de las canchas, no hay mucho bueno qué recordar. En repetidas ocasiones te acusaron tus parejas y ex-parejas de ser físicamente violento con ellas, de «írteles a trompadas» como dicen en tu tierra. También se supo que eras un asiduo comprador de mujeres, tuviste sexo con menores y también las embarazaste, fuiste un padre ausente y abandonaste a cinco hijas, manifestaste que «podían obligarte a pagarles pensión, pero no a amar a tus hijos». Tu afición por las drogas en la fiesta era bien conocido, tu violencia y agresividad eran también vox populi. Apoyaste dictadores asesinos al mismo tiempo que incongruentemente hablabas del «dolor del pueblo», ese dolor que ya nunca viviste por gracia de tu dinero y tu poder. Te pensaste un luchador social de izquierda, alguien del pueblo y para el pueblo, pero actuabas como cualquier burgués déspota.

Oye Diego, estos no son «errores» como alguna vez dijiste. Cuando uno comete «errores», los corrige, cuando uno sabe que se equivocó, lo cambia, lo redime, lo emienda. Tú jamás hiciste nada de eso. Te vanagloriabas en el poder y la lisonjería que te rodeaba, para hacer alarde de qué tan macho y violento podías ser con impunidad. Hace apenas dos años iniciaste una batalla campal cuando perdiste una final de Liga de Ascenso con Culiacán. Nunca cambiaste Diego, nunca aceptaste tus males, nunca quisiste siquiera intentar corregirlos, y por eso hoy te recuerdo así: como un macho, violento, golpeador, pedófilo, drogadicto, alcohólico, irresponsable, tramposo, mentiroso y cínico.

Dicen que le diste mucho al fútbol Diego, yo creo que tomaste todo del fútbol: fortuna, fama, poder… y a cambio, dejaste malos ejemplos, patanería y fanfarronería en la cancha, y fuera de ella, creo que ya nos ha quedado claro lo que eras.

Y la última, y la peor Diego: Aún en tu muerte has violentado los espacios de las mujeres. Las mismas de las que abusabas, a las mismas que golpeabas y a las mismas que abandonaste. Has venido a ocupar las portadas de las revistas, de los diarios; fuiste «trending topic» en las redes sociales, acaparaste todo, todo, en un día en el que se trata de visibilizar la violencia contra las mujeres, esa violencia que tú misma existencia abanderó con desparpajo y cinismo. Los mismos líderes políticos, empresariales, sociales, etc. esos que no dedican ni de broma un mensaje ni hacen el menor esfuerzo para atender la violencia contra las mujeres, se volcaron a publicar mensajes de condolencias y de idolatría hacia ti. Te dedicaron en tu país un luto de 3 días y te velan en la Casa Rosada, algo que no han dado a las personas profesionales de la salud, heroínas y héroes en tu país que han muerto en el cuidado de los infectados por COVID-19. Se dedicaron minutos de silencio en tu honor en canchas, en cámaras legislativas, en misas, en todo tipo de instituciones en todo el mundo; un minuto de silencio que no dedican, por ejemplo, a ninguna de las mujeres que cada 34 horas mueren en tu país víctimas de feminicidio. Hoy la mayoría de nuestros «líderes», nos mostraron que a nuestras sociedades machistas les importa más UN sólo maltratador de mujeres, que el colectivo global de mujeres que sufren de violencia.

Hoy nos recordaste muchas cosas Diego:

  • Nos recordaste que vivimos en un mundo que es profundamente misógino, que enaltece la figura de cualquier hombre siempre que tenga algo de talento.
  • Nos recordaste que a los hombres no se nos juzga nunca por todo lo malo que hacemos, que la sociedad sólo quiere recordar lo bueno y que no nos exige responsabilidad de nuestros actos, todo se perdona y se querrán acordar solamente de nuestras contribuciones.
  • Nos recordaste que el nivel de exigencia con que evaluamos el comportamiento de hombres y mujeres de la esfera pública, es muy distinto.
  • Nos recordaste todos nuestros privilegios masculinos, porque los enarbolaste y ejerciste con orgullo por sobre cualquiera que pudiste.
  • Nos recordaste que un hombre con dinero y poder, puede hacer lo que quieras sin tomar responsabilidad.
  • Nos recordaste que para nuestras sociedades, hacer trampa está bien, que mentir, agredir, golpear, prostituir, etc. se perdona… cuando eres un hombre con poder.
  • Nos recordaste que como sociedad hemos avanzado poquísimo. Que seguimos idolatrando rufianes, y que aún y sabiendo todo el daño que hiciste, mantendrán su idolatría, porque es más relevante (y sencillo) conservar las estructuras patriarcales, que enfrentar la realidad de la identidad de los hombres a quienes premiamos con nuestro fanatismo.

Tu vida más que admirable Diego, es lamentable. Es un desperdicio de talento en un ser humano que solamente lo usó para sí mismo y sus deseos egoístas, que siempre hizo lo que quiso porque el mundo machista de un deporte mafioso, le permitió manifestarse como el ser deplorable que quiso ser, sin tener siquiera que esconderlo. Por eso hoy, no tengo absolutamente nada qué admirar, en una de las figuras más icónicas que ha dado un deporte que tanto he disfrutado en mi vida. Yo no encuentro motivos para celebrarte Diego, pero sí te agradezco. Te agradezco mostrarnos dónde estamos parados, te agradezco evidenciar ante el mundo entero el machismo sistémico en el que vivimos y la violencia que enfrentan día a día las mujeres a manos de hombres como tú, y te agradezco sobre todo, tu ejemplo, porque nos has dejado muy claro a muchos, el tipo de hombre que jamás queremos ser.

Josué Lavandeira – josue_lavandeira@alumni.harvard.edu

8 comentarios de “¡Muchas gracias D1eg0!”

  1. Sin duda, Diego fue eso y desafortunadamente representa a muchísimos varones, que futbolistas o no, son así, como Diego. Ojalá con su muerte todo lo que encarnó terminara, pero seguramente no, seguirá habiendo Diegos y se le seguirá recordando en los medios cada 25 de noviembre como alguien que no fue.

  2. Hola buen día, compiló todo capaz y se quedo corto, en lo personal siempre me.ha molestado la trampa, y en aquella jugada de la mano, se mamo, y para los argentinos es lo único, difícil de entender de un pueblo, y ellos mismos se defienden por defenderlo, me gusto como jugó, hay que admitir que pudo haber hecho las cosas mejor, pero alimentó solo al lobo obscuro. Saludos a Josue bien dicho, alea jacta est.

  3. Diego fué reconocido y premiado con el título de Maestro Inspirador.
    No se cuelguen del Diego para llamar la atención, es un recurso muy bajo.

    1. Es «colgarse para llamar la atención» cuando se le critica, pero cuando se le transmite por radio, TV y se hacen especiales de Netflix para que la gente los vea y lo idolatre, entonces no se están «colgando para llamar la atención», entonces le están reconociendo ser un «Maestro Inspirador». La idolatría es ciega.

  4. Excelentiiiisimo mensaje, muchas felicidades y Dios te siga bendiciendo Josue, ojala y sigas publicando tan acertados mensales ???

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