Por ahí de 1972, nuestro “poeta de la canción”, el cantautor mexicano José María Napoleón compuso una bonita canción que lleva por título “Hombre”. Para desarrollar este breve texto tomaré prestadas dos estrofas a efecto de hacer algunas notas personales y de paso recomendarle a Usted, amable lector, que se dé el tiempo de escucharla alguna vez.
Nos canta Napoleón:
“No es más hombre el que parece,
Ni el que grita más y espanta,
Sino el que tiene en su voz,
La verdad de su palabra”
Un día, bebiendo café con un buen amigo –cuyo nombre omitiré pues carezco de su permiso para incluir esta anécdota en la presente– me comentó su deseo de usar maquillaje pues tiene algunas imperfecciones en su rostro que no son de su agrado. Yo le respondí que hacía no mucho tiempo había visto la publicidad de un producto al respecto pero antes de poder comentarle más me dijo: “No voy a usar nada de eso todavía. Esperaré a que se normalice”. Su comentario me dejó pensando: ¿Cuántas veces dejamos de hacer cosas que mejorarían nuestra calidad de vida por el (absurdo) hecho de que no se consideran “normal” en un hombre?
Y continúa cantando:
“Ni el que tiene más mujeres,
Ni el que bebe más y aguanta,
Sino el que tiene una sola,
Y una sed para calmarla”
Relativo a esto, hace algunas semanas se hizo viral en redes sociales un video con reflexiones del 44º Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sobre la masculinidad. Dice Obama: “Ser hombre significa primero y antes que nada ser un buen ser humano, y lo que eso significa es ser responsable, ser confiable, trabajar duro, ser amable, ser respetuoso (y) ser compasivo”.
La errada concepción de la masculinidad o “masculinidad tóxica”, por usar terminología que esté a la moda, impacta negativa y profundamente en nuestras vidas. Correlaciona y muchas veces hasta confunde conceptos como el rol social, la orientación sexual, la identidad, e inclusive las aptitudes de una persona. Si eres hombre, por impulso natural deberías saber cambiar la llanta de tu camioneta 8 cilindros mientras usas sombrero y bebes cerveza sin camiseta, ¿no? Esta toxicidad impacta, pues, hasta en nuestro marco normativo. Veamos.
Hablando Derecho, literalmente, el Código Civil para el Estado de Coahuila incluye, en no menos de 10 ocasiones, el término “buen padre de familia” para referirse a la buena diligencia que una persona debe observar con respecto a diversos negocios jurídicos. El origen de este concepto se puede rastrear hasta la antigua institución del “paterfamilias”, heredada del derecho romano, consistente en que sólo los ciudadanos varones con posesiones (tierras, oro y esclavos) gozaban de plenitud de derechos, tanto civiles como políticos, así como de la presunción de que sólo por el hecho de ostentar este status se les estimaba gente virtuosa, suficientemente capaz de decidir sobre el destino y los bienes de su esposa, a quien el marco jurídico romano de entonces –y en algunos casos el mexicano de ahora– consideraba como “un hijo más”.
Un tema para reflexionar… espero.